sábado, 23 de abril de 2016

Cartel de los trastornos en la infancia y adolescencia

 A continuación, se presenta un cartel que describe los tipos de trastornos que se detecta con frecuencia en la infancia y adolescencia, incluyendo las principales características clínicas de estos trastornos para ser diagnosticado. 

 

Trastornos de la infancia y la adolescencia



La infancia es un periodo de desarrollo de cambios de conducta y plasticidad progresiva hacia la personalidad adulta. Además de ser una etapa de vulnerabilidad, porque durante este tiempo de desarrollo los niños pueden presentar algunas dificultades de comportamiento. 
Comúnmente los problemas de comportamiento son un área de interés para los profesores, psicólogos y psiquiatras, por la creciente prevalencia, la complejidad en el manejo y las consecuencias negativas a largo plazo para el niño o adolescente dentro de la sociedad, si no se trata de forma adecuada. Así mismo es importante que los problemas de conducta sean detectados lo más temprano posible, para ayudar tanto a los jóvenes como a los padres que lidian con este asunto.

La expresión trastorno de conducta se utiliza para describir un patrón persistente de conducta oposicionista, agresiva o antisocial que no se ajusta a lo que normalmente se considera para la edad de un niño.  Generalmente los niños con trastorno de conducta presentan comportamientos agresivos, desafiantes, desobedientes, incluyendo peleas frecuentes, mentiras, enfados o rabietas, robos, destrucción de propiedades, etc.
Para hacer un diagnóstico de los trastornos de conducta es necesario que las conductas se presenten al menos seis meses y que tengan consecuencias en la vida personal, académico y familiar del niño. Los trastornos de conducta son diagnosticados por los psicólogos y psiquiatras, estos trastornos han sido los más frecuentes en las últimas décadas, precisamente por los cambios sociales.
La vida de un niño con algún trastorno de conducta puede ser afectada a largo plazo de manera negativa con dificultades en el aprendizaje obteniendo fracaso escolar, conductas delictivas, consumo de sustancias, etc.
Muchos de los trastornos de la conducta pueden categorizarse como trastornos externalizados o internalizados. En los trastornos externalizados, los niños se comportan de forma que asombran, interfieren con, o crean problemas para otras personas y en los trastornos internalizados, los niños tienen mayor probabilidad de enfocarse en sí mismos y sentirse inadecuados o sin valor (ARASON, I.G. y SARASON, B.R. 2006).

Los niños con un trastorno externalizado son de especial preocupación para los padres, profesores y profesionales clínicos debido a su disruptividad. No ponen atención, parecen se excepcionalmente activos, se comportan de manera agresiva, rompen las reglas y provocan un daño significativo a otras personas y a sus propiedades. 
Uno de los trastornos externalizados es el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) se define por síntomas de falta atención, hiperactividad e impulsividad. Este trastorno se presenta con frecuencia junto con problemas de aprendizaje, depresión, ansiedad, trastorno disocial o trastorno negativista desafiante, de forma que los efectos de este trastorno pueden ser muy graves.
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad tiene tres subtipos: problemas de atención, conducta hiperactiva-impulsiva y una combinación de problemas de atención e hiperactividad. El primero se refiere a la dificultad para mantener la atención enfocada en tareas, un problema que interfiere en el aprendizaje por no poder escuchar con atención las indicaciones.  El segundo está definido por una conducta hiperactiva y algunas veces impulsiva. El tercero esta combinado, es decir, incluye ambas dificultades.
De acuerdo al DSM-IV-TR (2000) para diagnosticar a un niño con trastorno por déficit de atención con hiperactividad, debe presentar dificultades en tanto la escuela como en el hogar, de acuerdo a esto el niño podrá ser diagnosticado con TDAH.

Algunos síntomas de hiperactividad-impulsividad o de desatención causantes de problemas pueden haber aparecido antes de los 7 años de edad.
Los niños con este trastorno pueden no prestar atención suficiente a los detalles o cometer errores por descuido en las tareas escolares o en otros trabajos, por lo general los niños experimentan dificultades para mantener la atención en actividades lúdicas, resultándoles difícil persistir en una tarea hasta finalizarla. Pareciera que tienen la mente en otro lugar, como si no escucharan lo que se les dice, no siguen ordenes, suelen estar desorganizados, se distraen con facilidad ante estímulos irrelevantes e interrumpen las tareas para atender a ruidos como de un automóvil, o una conversación lejana.
 En la hiperactividad los niños pueden manifestarse por estar inquietos en el asiento por exceso de correr o saltar en situaciones en que resulta inadecuado hacerlo, experimentan dificultades para jugar con otros niños.
En la impulsividad los niños demuestran impaciencia, dificultad para aplazar respuestas, dar respuestas precipitadas antes de que las preguntas se completen, dificultad para esperar su turno e interrumpir o interferir a otros hasta el provocar problemas en situaciones sociales, académicas o laborales.
Otro trastorno externalizado es el trastorno negativista desafiante (TND) se define por un patrón de conducta que se manifiesta por rechazar a la autoridad, que dura al menos seis meses. Se presenta antes de los 9 o 10 años, presentando un comportamiento marcadamente desafiante, desobediente y provocador y la ausencia de otros actos que violen la ley y los derechos de los demás (CREENA, “sf”).
Los niños con trastorno negativista desafiante se comportan de manera hostil, negativo, desobediente y desafiante ante los padres o profesores. También los niños suelen romper las reglas y no siguen las instrucciones o normas de conducta socialmente esperadas para su edad.

Los comportamientos más relacionados con el TND son quejas, lamentos, discusiones, gritos, incumplimiento de tareas, destrucción de objetos, irritabilidad, y peleas. Esta conducta negativista puede estar asociada a una baja autoestima, mala relación con los amigos y por un bajo rendimiento académico.
Un trastorno más externalizado es el trastorno disocial, identificado por ser un conjunto persistente de comportamientos que evolucionan con el tiempo; se caracteriza por comportamientos en contra de la sociedad (antisociales) que violan los derechos de otras personas, las normas y reglas adecuadas para la edad. Aunque estas manifestaciones del trastorno disocial aparecen en la infancia, pueden continuar hasta adolescencia y seguir presentándose en la edad adulta.
Algunos comportamientos que se identifican en el trastorno disocial, es el comportamiento agresivo y destructor que suele ir unido de amenazas o daño físico a las demás personas, falsedad y engaño para evitar realizar sus obligaciones y la violación de reglas y de derechos de los demás, por ejemplo, faltar a clase, hacer bromas pesadas, etc.
El trastorno disocial se diferencia de los demás trastornos por ser una manifestación en la niñez, a lo que podría llegar a ser en la edad adulta un sujeto delincuente, violador o asesino. Por eso, es importante que cuando un niño presente algunas características de este trastorno se tratado inmediatamente por un psiquiatra, para que el niño siga un tratamiento efectivo que lo ayude a cambiar de conducta.
Ahora bien, un trastorno internalizado es el trastorno de ansiedad de separación en la infancia (TASI) presenta como rasgo característico la ansiedad excesiva en relación con la separación o alejamiento de la madre, de ambos padres o de cualquier persona a la que el niño se encuentre apegado emocionalmente.

El TASI puede generar cierta hostilidad, porque limita a los padres para que realicen actividades como ir a trabajar o salir de viaje, también afecta la relación conyugal.  El niño con el trastorno de ansiedad de separación exige atención constante, cuando el niño se separa de las figuras de apego, muestra ansiedad tanto somática como psíquica.  Además, es incapaz de quedarse solo en una habitación y se rehúsa a ir a la escuela o visitar otros hogares. También pueden tener miedo a los animales, monstruos, personas desconocidas que puedan hacerle daño a él o sus padres. Y con frecuencia el niño puede quejarse de nausea, dolores de cabeza, dolores abdominales o ritmo cardiaco acelerado(DMS-IV-TR, 2000)
En conclusión, a los trastornos de la infancia y la adolescencia cada vez se les otorga mayor atención, para que los niños que presenten algún trastorno se les proporcione un tratamiento eficaz y no tengan complicaciones a lo largo plazo.
 Además, siempre se debe tener en cuenta que la conducta y los procesos mentales cambian mientras el niño se desarrolla, y que no siempre es claro cuándo deben aplicarse los mismos términos de diagnóstico a lo largo de la vida. También muchas veces los niños presentan problemas parecidos a los síntomas de un trastorno, pero en ocasiones desaparecen o erradican sin necesidad de ningún tratamiento.



Es importante que los trastornos de la infancia y la adolescencia sean diagnosticados por especialistas, para que ayuden a intervenir de forma preventiva y efectiva a una etapa temprana. 


Pregunta: ¿Cuales son las principales características del trastorno por déficit de atención con hiperactividad?


3 comentarios:

  1. Algunas características pueden ser que los niños no prestan atención suficiente a los detalles o cometen errores en las tareas, también tienen dificultades para mantener la atención en actividades lúdicas, tienen la mente en otro lugar, como si no escucharan lo que se les dice, no siguen ordenes, suelen estar desorganizados, se distraen con facilidad ante estímulos irrelevantes e interrumpen las tareas para atender a ruidos como de un automóvil, o una conversación lejana.

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    1. Bien, este trastorno se identifica porque tiene caracteristicas similares de otros trastornos como el disocial o negativista.

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  2. Problemas para centrar la atención

    - Olvido de las cosas

    - Cambiar de forma rápida entre actividades

    - Dificultad en seguir órdenes o instrucciones básicas

    - Fantasear

    - Tener problemas para acabar los deberes asignados

    - Facilidad para perder objetos personales

    - Revolverse mucho, moverse, imposibilidad de estar quietos en una silla

    - Tener dificultad para mantener conversaciones sin interrumpir

    - Impaciencia

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